Debate sobre no eres mas feliz cuanto mas dinero tienes

¿Puede el dinero obtener la alegría? Aquí vamos, o sea algo que tiene la aptitud de producir un enfrentamiento con pasión. Para bien o para mal, el dinero puede marcar gran diferencia en su confort físico y mental. Quizás, y frecuentemente, ofreces tu tiempo como voluntario en lugar de dinero plus, para lograr gozarlo o tener mucho más momento de libertad en otro instante, conque permíteme decirte que no andas solo; Un enorme estudio nuevo halla que cuanto mucho más dinero ganes, mucho más feliz vas a ser.

Razonamientos que aseguran que el dinero no da la alegría

En el momento en que investigas la relación entre el dinero y la alegría, te percatas de que hay un sinnúmero de datos y productos publicados sobre el tema. Y las críticas están muy divididas.

Empecemos con los razonamientos de que la alegría no tiene que ver con dinero. Voy a pasar por cada uno para criticarlo constructivamente. Deja de preocuparte, voy a hacer lo mismo con los razonamientos que comentan que el dinero nos hace contentos.

El cerebro de los pequeños

Hasta los diez años el cerebro de los pequeños es una esponja sin filtros, que retiene todo cuanto escucha y no cuestiona nada, desde los diez años comienza a realizarse . construcciones de pensamiento sencillos y racionales, pero aún de manera ineficaz, de ahí que hay que trabajar con los pequeños desde pequeñísimos a fin de que aprendan administración sensible, información financiera, administración de amistades…

Si papá y mamá afirma que los que desarrollan dinero son ladrones o explotadores, ¿cuántas tácticas generaré a lo largo de mi vida para espantar el dinero de mí? Para mí, en el momento en que alguien me trata mal o charla mal de mí, no pierdo el tiempo, sencillamente me marcho, dejo a esa persona, por el hecho de que semeja que pasa lo mismo con el dinero.

El lujo del tiempo

Por último, hay un nuevo ingrediente en esta ecuación que cada día tiene mucho más valor. Es el correr del tiempo, que es un genuino lujo del siglo XXI. En una sociedad donde vamos a un ritmo frenético, con mil y una cosas que llevar a cabo cada día, el momento de libertad aparece como ese sueño irrealizable.

Tener tiempo para uno mismo, nuestra familia y nuestros amigos es una alegría que el día de hoy se valora mucho más que antes. El inconveniente de este lujo es que es imposible obtener con dinero. Además de esto, los que mucho más dinero tienen gozan de menos momento de libertad, puesto que siempre y en todo momento están muy ocupados. De ahí que, que las considerables personas saboreen su tiempo de reposo como el mucho más sagrado.

La dañina creencia de que hay que darlo todo.

En este momento que nos aproximamos a Navidad y Reyes, disponemos pequeños con inacabables listas de deseos y recortes de catálogos de juguetes. Observamos a progenitores, abuelos y tíos intentando encontrar infatigablemente hasta conseguir el obsequio que los pequeños desean, lo que les agrada y les va a hacer contentos. (Charlé de esto antes en esta publicación). El resultado son pequeños hiper talentosos, que amontonan mucho más de lo que precisan y lo que tienen la posibilidad de conducir por el hecho de que no tienen idea con qué jugar y padecen sobreestimulación y falta de interés en ella. clase de fardo de juguetes

Lamentablemente, en muchas familias se procura enseñar amor con las cosas materiales. La iniciativa en la sociedad de la cual formamos parte es ofrecerle a los pequeños todo cuanto absolutamente nadie mucho más podría tener, que nada les falte. Quizás eso viene de nuestros progenitores que pasaron tiempos bien difíciles con guerras, escasez de alimentos y muchas privaciones. Pero más allá de que nuestra generación no pasó por ocasiones afines, proseguimos con esa iniciativa.

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