Debate sobre el punitivismo de las penas

¿Tenemos la posibilidad de estar en conflicto en buenos términos? ¿De qué forma se equilibran las acciones de qué llevar a cabo con la crueldad machista y, más que nada, con los atacantes? ¿De qué forma estamos escraches?. Estos problemas brotan de de qué manera seguir con lo construido hasta la actualidad, y los peligros de que el feminismo concluya cooptado por demandas de ofrecer solo castigo, sanciones severas, penas y prisión. ¿Qué se busca en el momento en que se busca justicia? ¿Puede existir una justicia feminista no punitiva? Estas cuestiones empiezan a ser importantes para meditar mucho más extensamente sobre temas tan complejos, que asimismo nos son contemporáneos. Desde 2015, el feminismo ha jugado un papel más esencial, cuestionando más que nada a las mujeres, lesbianas, trans, trans, no binarias, pero asimismo cuestionando paradigmas que semejan haber perdido vigencia. La mayor visibilidad de la pelea del colectivo LGTTTBIQ+ ha contribuido a la pelea por el reconocimiento del trabajo sexual, y asimismo por la despenalización del aborto, confrontando de forma directa las construcciones del sistema patriarcal, quizás entre los puntos de inflexión mucho más profundos del feminismo. . La tensión es tan enorme que aun las creaciones de masculinidad fueron cuestionadas; por el momento no hay una masculinidad, sino más bien muchas. Por ende, semeja viable meditar en una masculinidad no opresiva. Esta Ola pone encima de la mesa inconvenientes que ahondan y nos fuerzan a comprobar nuestras relaciones cariñosas, y especialmente las sexuales. De ahí que, se afirmaba bastante: «por el momento no callamos». Esta consigna se ve con el ecrache, esto es, con la negación pública, en especial en las comunidades, de los hombres heterosexuales cis que han cometido un acto de crueldad sexual. Entre las primeras inquietudes que aparece es si el spawn es punitivo, o si unos lo son y otros no. Existen muchas críticas sobre si hay que estimar así o no. «Feminismo penal» se refiere a una línea que traza un cambio/reparación/realizar justicia a una cierta crueldad al aceptar el «castigo» partiendo de la iniciativa de que la Justicia es el castigo que indemniza a la víctima. En este sentido, la justicia es vista como una crítica individual de hechos concretos. Esta línea logró aprobar una sucesión de leyes, incluyendo las leyes mucho más recientes contra el acoso callejero. Hay una fuerte inclinación entre las feministas a reclamar mucho más tiempo en prisión y sentencias mucho más duras. Para poner el escrache en el contexto de San Argentina, en el último mes del año pasado, después de que la actriz Thelma Fardin acusase al mediático macho Juan Darthés de violación, y lo hiciese públicamente por medio de una rueda de prensa que efectuó y al lado de un Conjunto Mixto de Actores Argentinos, lanzó una ola. de protestas Hubo gigantes demandas en las comunidades de diversa índole por el «a conocer de qué manera vamos adelante»: ciertos escraches con nombre y apellido, ciertas demandas que no nombraban al atacante, otras recuperaciones de vida, etcétera. Más allá de que el escrache fué una herramienta usada por el feminismo a lo largo de múltiples años, tiene sus puntos mucho más altos en ocasiones como esta. Para lograr repensar hoy día hasta qué punto esta herramienta feminista está exponiendo secuelas que quizás no se aguardaban, o quizás no tan buenas, debía haber un poder que afirmara bastante, afirmara por el momento no callamos. Y de esta forma, comenzar a meditar en temas como: todos y cada uno de los permisos que tiene un hombre heterosexual en los espacios públicos y sociales, en contraste a las mujeres, lesbianas, travestís, travestís y no binarios. Animó a meditar en quién sale de los espacios para no cruzarse con su agresor. Considere asimismo de qué manera las configuraciones de las organizaciones se fundamentan en el machismo y los permisos asignados según el género y la sexualidad. Daba opciones de meditar en de qué forma sostener a los compañeros. Abrió el sendero a la furia, ahora la expresión de esa furia, que nos está vedada a las que nos encontramos socializadas como mujeres, no está en nuestras opciones. Ese poder es escapar del silencio al que someten a todos y cada uno de los que no son hombres heterosexuales, asimismo a consecuencia de este desarrollo político que viene a «modificarlo todo». La oportunidad de hallar una suerte de contención feminista, de poder romper el silencio y relatar instancias de crueldad, llevó a un incremento de la descendencia en todas y cada una partes. No obstante, esto abrió la oportunidad de que «lo escharable» sea considerablemente más extenso que antes de las masivas negativas públicas. En este sentido, se han anunciado ciertas cuestiones que fuerzan a repensar la práctica no discriminatoria de la escapada instantánea de la individualidad. Así, se hacían escraches entre lesbianas, dentro personas trans. Los brotes se extendieron por causas muy dispares que ubicaron en igual sitio a las situaciones graves ahora los menos graves. Asimismo brotó la necesidad de desarrollar protocolos para realizar distintas niveles. Gracias a que los límites entre una manera de crueldad y otra forma de crueldad son tan difusos, se realizó la iniciativa de formalizar las relaciones sociales que escapan al régimen de la crueldad de género. Algo tal como poder intervenir en la crueldad sexual y en ocasiones que desarrollan malestar por distintos fundamentos, pero en las que sería precisa una regulación. Si el pasaje se enfoca en sentencias punitivas, ¿cuáles son los peligros de escapar? ¿De qué manera un movimiento heterogéneo al final controla eso? El escrache acaba en metas punitivas pues crea enormes pasivos por distintas causas. En este sentido, cabe meditar en la última ley aprobada con relación al tema que es la Ley de Acoso. Tiene como propósito cobrar multas y deja la intervención policial en casos de acoso callejero. Si el feminismo se piensa -o si pensamos- interseccional, es contradictorio. En un contexto donde el neoliberalismo es la fórmula aplicada en todos y cada uno de los sentidos de nuestras vidas, donde medra la pobreza, incrementan las desigualdades, y por lo tanto la crueldad, se aguza el cruce dispar, que es estructural. ¿Es buena solución? ¿Podría una pelea como el feminismo meditar en otras pedagogías que no sean el castigo por medio de la corrección ética? En este sentido, ¿las sanciones económicas cambian algo de la desigualdad sistémica y estructural? Si se reconoce al patriarcado como un sistema que asimismo marcha por y para el capitalismo, que conserva la crueldad y la desigualdad de género, pero en el que asimismo participa la clase, la etnia, el racismo, ¿de qué forma se lee la construcción de la crueldad sexual? Suponiendo que es una construcción, es viable meditar en de qué forma inhabilitar la civilización que permite la misoginia y la homo-lesbo-transode, que acaban expresándose en horribles actos de crueldad contra el cuerpo y la vida por medio de feminicidios, travesticidios, hostigamientos, golpizas. colosal. , violación, y largo etcétera. En determinado sentido, la meta final de la desviación es el castigo y la exclusión, y la demanda de sobra tiempo de prisión, sentencias mucho más severas y multas mucho más severas. ¿Aquí es donde, quizás, si se transforma en una herramienta punitiva, el castigo es una manera de «optimización» popular? Es bien difícil imaginar otra forma de meditar en esto, pues el malestar que crea la toma de conciencia del conjunto históricamente oprimido -mujeres, lesbianas, marikas, travestís, trans, trabajadoras sexuales, no binarias- ¡y en buena hora! Si el feminismo es una pelea política, no obstante, indudablemente refleja otras luchas, y semeja preciso que sea transversal. Rita Segato afirmaba en una entrevista para la Agencia Paco Urondo: «La cuestión es de qué manera enseñanmos a la sociedad a fin de que comprenda el inconveniente de la crueldad sexual como un inconveniente político y no ética. Como observamos el orden patriarcal, que es un orden político escondido tras la ética. El inconveniente es que se expresa en términos morales. Y no es suficiente con mostrarlo de este modo por múltiples causas. Por consiguiente, deja meditar que una viable solución se va a pensar en términos políticos. En otras ocasiones, donde los sujetos toman «la justicia por su mano», dejando la pena a la interpretación personal, se necesita una reflexión mucho más profunda por la parte de todos. Ser con la capacidad de meditar fuera del sujeto de un hecho que no está apartado, sino pertenece a una red complicada de relaciones dispares y violentas que conducen a la liberación de semejante hecho. En este sentido, hay cuestiones escenciales para lograr entender que los hechos han de ser pensados ​​con una visión mucho más amplia y extensa que el presente, lo emotivo y lo afectivo. De ningún modo estoy abogando por no simpatizar con esos que niegan la crueldad o algo por el estilo. Pero eso sí, para lograr crear un cuadro mucho más terminado que nos deje meditar por qué razón tenemos en cuenta interpretaciones mucho más complicadas en unos casos y en otros no. Géneros de pensamiento sobre la justicia Whistleblowing muestra de manera directa un sistema puesto en compromiso con proseguir su reproducción a cargo de la desigualdad de género y la crueldad sexual. Pero en el fondo de la iniciativa aún está la cuestión de de qué forma se piensa la justicia. Pensando en una justicia que nos reflexione, pero que no se especialice en la criminalidad –como eso es lo que hace primeramente el neoliberalismo: criminalizar los enfrentamientos sociales–, el feminismo el día de hoy precisa repensar su práctica punitiva. Ángela Davis propuso algo afín en el momento en que concedió una entrevista en el períodico español «El País» diciendo: «¿Qué cambio hay en mandar a alguien que ha cometido crueldad contra la mujer a una institución que genera y reproduce crueldad?». Esta cuestión es que se requiere para meditar mucho más allí, el inconveniente de las crecientes metas punitivas que quieren arreglar los enfrentamientos sociales con el encarcelamiento de los sujetos. Aquí nos ordena a meditar en un feminismo interseccional que aborde este inconveniente puesto que, si la prisión es racista, machista, increíblemente beligerante, por ser increíblemente beligerante, promoverá una institución que estructure y reproduzca sobre todas y cada una estas desigualdades. ¿A quién enviaremos a prisión? Asimismo es requisito meditar en la solución que hay en recurrir al castigo para impulsar y conseguir la optimización popular. ¿No se demostró en tanto que la prisión no marcha como «reintegración» popular? Y si no es bastante, por lo menos piensen en lo bastante que trabajó para progresar cualquier enfrentamiento popular. No solo el enfrentamiento, sino más bien asimismo la desigualdad. Según la criminóloga de españa Elena Laurrauri, el derecho penal no es un instrumento conveniente para realizar en frente de inconvenientes sociales complejos. Entonces, en vez de acrecentar las ventajas sociales, se recortan. Solo en USA hay mucho más de 2.000.000 de personas en prisión, con lo que el Estado restituye su asistencia mediante la prisión. El feminismo reconsidera la iniciativa de Justicia, y de esta forma lo realiza. Pero la justicia no es solo sexista, asimismo es racial y elitista. Regresa a el interrogante, ¿quién va a la prisión? A través de esto, pasa que frecuentemente hay una renuencia a meditar mucho más allí pues no pudimos meditar en todo. Si la negación pública tiene secuelas punitivas, estigmatizantes y excluyentes, la contestación tiende a ser «no sé, que lo piense otro». Se pide que sean ellas las que rompan los pactos de cooperación machista, que se desafíen con sus prácticas dañinas, que piensen juntas de qué forma crear una masculinidad que no contribuya a la crueldad hacia el resto, pues no hay persona en cuestión. pensando en de qué manera solucionar sus inconvenientes. Pero no nos encontramos exentos de la compromiso de meditar en acciones colectivas para estar totalmente cansados ​​de la opresión que no termina medianamente con un inconveniente mientras que medra otro. La periodista Anne-Cécile Robert, integrante del consejo de redacción y del consejo de administración de Le Monde Diplomatique, publicó una nota bien interesante sobre la Justicia llamada: «El riesgo de la justicia terapéutica». La nota fue publicada en la edición de marzo de 2019 y también señala que “el creciente valor de los testimonios de las víctimas”, y que este “resalta el accionar de la Justicia, que no solo debe castigar a los responsables sino más bien asimismo el padecimiento sufrido para ser reparados”. «. En este sentido, da esenciales elementos para meditar la justicia penal como un antídoto justo. En ese sentido, el estado canadiense garantiza, desde 2015, que las víctimas ocupen un espacio en la administración de justicia. “Han de ser escuchados alén de lo que contribuyen a la expresión de la realidad”. Volviendo a la nota de Cécile Roberte, la periodista cita las expresiones de Daniel Salas, el magistrado francés: «En el momento en que veo lo que pasa en USA y Canadá, me llama la atención la evolución que ha acelerado la subida de las condiciones penales y carcelarias. La víctima está en su derecho a ser oída en el enfrentamiento sobre la atenuación de la pena» Se explota que «la pena es bastante corta sabiendo la gravedad del delito que padecí». La nota muestra un caso en el que un trabajador agrícola fue encarcelado, a causa de un «fallo judicial», a lo largo de múltiples años tras ser acusado de violación. Tras novedosas pruebas se probó que la demanda no era alguna. Lejos de poner un caso de muestra ingenuo que no considera que la mayor parte de las ocasiones tiende a ser del revés, las situaciones están ahí. Crea irritación y también irritación, pues no es exactamente lo mismo una situación conque la proporción de ocasiones que suceden del revés. No obstante, uno no puede finalizar que es preferible de esta manera solo pues la historia fué injusta con nosotros. No obstante, investigar las cosas así no recomienda que seamos inmunes a la crueldad que padecen los cuerpos y las vidas de mujeres, lesbianas, trans, trans, no binarias, trabajadoras sexuales, queers. No estaría canjeando A por B, ni pensando en ello en términos dicotómicos. Bueno, si lo piensas bien, no cambias de forma automática de «lado». En este sentido, en el momento en que diríase que “la justicia es que no vuelva a ocurrir”, diríase que hay una sentencia puntual y también individual para las situaciones que no se aíslen, no se reparen, no se resuelvan. En consecuencia, lo destacado es meditar que no pasa, pero ¿de qué forma llevarlo a cabo por medio de la pedagogía fuera del castigo? ¿Qué piensa sobre la compensación fuera de encarcelar a la gente y, nuevamente, quién va a prisión? María Pía López afirma: “Demandamos justicia y el día de hoy no contamos otra forma de castigo que las ideas de compensación colectiva. Un pensamiento que nos inspira. Es una preocupación política. Fondo. la necesidad de el día de hoy. Para todo el planeta. La imaginación democrática debe emprender las cuestiones de la seguridad y las penas, sin resolverlas con la brillantez progresista sin charlar de la primera -¡tal y como si fuera el temor a perder la vida humana, de la derecha!- y cerrar la vía rápida. ojos a fin de que no observemos lo que ocurre en las prisiones, por el hecho de que nos aterra.” (López, 2019, partido popular. 57). Y guarda relación directa con algo primordial que expone Angela Davis en su libro “¿Son obsoletas las cárceles? » en el momento en que afirma: «Generalmente, la multitud tiende a ofrecer por sentadas las cárceles. Es bien difícil imaginar una vida sin ellas. Al tiempo, hay una renuencia a combatir las realidades que se ocultan en ellas, un temor a meditar en lo que ocurre allí». De esta manera, una prisión está que se encuentra en nuestras vidas y, al tiempo, está ausente de nuestras vidas.Para pensar sobre esta presencia y sepa simultáneas, uno debe empezar a admitir el papel de la ideología en la configuración de la manera en que interactuamos con varios. ámbitos sociales. (…) Ya que sería bastante bien difícil conducir la oportunidad de que alguien, incluidos nosotros, pudiese ser un preso, tendemos a meditar en la prisión como una prisión desconectada de nuestras vidas”. (Davis, 2017, partido popular. 17-18).Vacío de políticas públicas integrales Hay algo ineludible en esta crítica, por el papel del Estado de sanciones, multas y encarcelamientos, que en último término no resuelven el inconveniente de fondo. indicar su papel, no por el hecho de que sea la única entidad que deba llevarlo a cabo, sino más bien pues debe atender los procesos que se producen fuera de ella.Poseemos en frente de nosotros un gobierno neoliberal, que mucho más que preocuparse por solucionar las desigualdades y inconvenientes, los ahonda, sumándose al inconveniente de la carencia de políticas públicas que den una contestación profunda a la crueldad sexual y su reproducción, esto es, en un contexto donde se recortan todos y cada uno de los programas premeditados a “remover” a nivel económico la crueldad de género, en armonía con los recortes y las políticas de vaciamiento de la educación pública, y con esto la oportunidad de Se implementaría la Educación Integral en Sexualidad, nos encontramos en apuros. Asimismo puede deberse a la carencia de medida que hay para atender estos inconvenientes, y que la única solución, por el hecho de que en ocasiones es la única solución, es asistir a una demanda pública que sugiera que el demandante fué expuesto, para tomar acción. de alguna forma. Tal como en la actualidad se discute la reducción de la imputabilidad en Argentina, por el hecho de que eligen invertir en el encarcelamiento de pequeños antes que invertir en educación de calidad, o antes que invertir en la creación de fuentes de empleo, etcétera., eligen por apostar por la construcción de una sociedad que «se deshaga» del «mal», antes de abordarlos de forma integral y justa. Aquí de nuevo se resalta el término de Justicia. No en balde, son exactamente las mismas personas que coinciden en que la educación sexual se enseña “en el hogar”, y “tus hijos no se meten con eso”, eludiendo de esta forma, por poner un ejemplo, detectar a los pequeños de los abusos. Por el hecho de que en el fondo, lo que asimismo falta es la implementación de una Educación Sexual Inclusiva, que se utilice no solo para charlar de identidades, deseos y también inquietudes sexuales, sino más bien de donde partamos para crear una sociedad mucho más igualitaria, que tenga presente la desigualdad. . es la socialización con relación a el género y la sexualidad. Con el motivo de solucionar criminalizando, el Estado se desliga de la compromiso de sostener bajo control los inconvenientes y en su rincón despliega su aparato de opresión y crea desigualdad. Por consiguiente, establece los aspirantes idóneos para proceder a prisión, lo que ahonda la marginalidad, que en lugar de integrar, expulsa. Y entonces, ¿qué nos queda? Si el feminismo el día de hoy es personaje principal de una iniciativa transformadora, debe debatir el castigo. Es una labor urgente meditar la sociedad de una forma diferente, democrática, plural, mucho más igualitaria, con todas y cada una de las diferencias que va a tener cada espacio político y cada individuo. El feminismo asimismo se preocupa por ofrecer puntos de vista alternos de la justicia que no estén atados a nociones conservadoras de resolución de enfrentamientos sociales. Si alguna construcción no se considera fuera del enfoque de género, se necesita la mayor precisión viable. Esa precisión se va a dar en la medida en que la reflexión tenga su espacio, que la discusión va a ir incrementando. Existe el peligro de que nuestros inconvenientes se resuelvan con mucho más opresión, mucho más fuerzas de seguridad en la calle y mucho más leyes que no tengan en cuenta perspectivas mucho más extensas y críticas. Las cosas vistas de esta manera, no proponen que los hechos que atentan contra la vida y la independencia de la gente y mujeres LGTTTBIQ+ deban ser descritos, en lo más mínimo. Es urgente meditar en de qué manera parar la crueldad que configura los hábitos que procuran educar mediante la violación, perturbar por medio de golpes y vejaciones, y la interminable cadena de injusticias usadas a fin de que el planeta continúe siendo un espacio seguro para los hombres. heterosexual. No obstante, ¿de qué forma pensamos en una mejor iniciativa? Si absolutamente nadie nace heterosexual, absolutamente nadie nace mujer, absolutamente nadie nace cis, y absolutamente nadie nace violento y sexual, ¿de qué manera desactivamos el núcleo duro que moldea a la sociedad a fin de que sea misógina, patriarcal y homo-odiadora? En este sentido, «entendemos que hay prácticas de sedimentación beligerante que son violentas, que opínan la objetivación de los cuerpos feminizados, que niegan la autonomía también decir sí o no, si la negativa es inaudible es pues es el contenido que enuncia. . privado del derecho a tomar decisiones por sí solo. Probablemente halla demandas falsas, pero en el contexto de una verdad sistemática que las lleve a cabo plausibles. La declaración ‘Te creo hermana’ aparece de esa verdad primordial. Hay que crear tramas a fin de que los negacionistas no se transformen en cometas, a fin de que los negacionistas no se expongan a un contraataque, a fin de que logren decir, pero asimismo para lograr crear una escucha que tenga peso, una escucha crítica, que una parte de la fe y de la resolución de sumarse a él pero se queda pensando en esa palabra esa y no extorsionando” (López, 2019, partido popular. 62). Fuente: https://enfant-horrible.info/feminismos/critica-al-punitivismo-desde-una-mirada-feminista/?fbclid=IwAR1mAqWlXnfiljzeSsvTwLnTTXtgWYErEISZdWb6rKL6VbWWQseHnpixtix (Ce7_bixag) asimismo lleva a cabo un término, un término de “cobertura popular”, que se traduce en dictadura que «algo tienen que haber hecho» por la parte del vecino que demanda la desaparición obligada de otra persona, y en una democracia se centraliza en el «común». criminal», con el propósito de no hacerle «nada, aun la desaparición».

En este sentido, aparte de ser un alegato básico sobre los ámbitos conservadores y de derecha, Cesaroni no elude la compromiso del pueblo que no tienen ese sendero ideológico: “Los que nos encontramos activos en la esfera pública proponemos estos temas académicos y de áreas cerradas. Traté de realizar un libro lo mucho más alcanzable viable, pero serio, con datos, información y conocimiento. Estos son temas que han de estar al alcance de alguno», ha dicho.

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