Desde la antigüedad, la positividad, bajo múltiples nombres, fue considerada una amenaza a la presencia del libre albedrío. La razón de esto no es bien difícil de ver. El determinismo es la proposición de que, dado lo que sucedió y las leyes naturales, todo cuanto va a suceder es ineludible. Si esta proposición es alguna, las condiciones primordiales del libre albedrío están conminadas. El control múltiple es quizás el mucho más evidente: si el determinismo es verdad, solo un futuro es físicamente viable, con lo que absolutamente nadie puede elegir o realizar otra cosa que lo que escoge o hace. Pero asimismo se compromete el control sobre el creador o el origen: si lo que hacemos procede siempre de lo que sucedió y de las leyes naturales, está anteriormente, aun anteriormente, y no en nosotros, la base de nuestras resoluciones y resoluciones. accionar. , si bien son solo un eslabón mucho más en el ineludible curso de los hechos.
Situaciones de esta clase crean una situación tradicional sobre la relación entre libre albedrío y determinismo, a comprender, la incompatibilidad, según la que libre albedrío y determinismo son incompatibles. Si el determinismo es verdadero, no contamos libre albedrío, y si lo contamos, el positivismo es falso. Hay 2 razonamientos primordiales en pos de la incompatibilidad, que son ediciones mucho más formales de las consideraciones precedentes. El primero, que tenemos la posibilidad de llamar el «razonamiento del control múltiple», se apoya en la necesidad de opciones elecciones (control múltiple) del libre albedrío. Las premisas serían 2: 1) tener libre albedrío necesita otras opciones de resolución y acción; y 2) si el determinismo es verdadero, absolutamente nadie tiene otras opciones de resolución y acción. La conclusión es: 3) si el positivismo es verdadero, entonces absolutamente nadie tiene libre albedrío, sus resoluciones y acciones (control del creador). o ideas) por libre albedrío. Las premisas serían paralelas a las premisas del razonamiento previo: 1) si hay libre albedrío ha de ser creador o verdadero iniciador de sus resoluciones y acciones; y 2) si el determinismo es verdadero, absolutamente nadie es el auténtico creador u origen de sus resoluciones y acciones. La conclusión es: 3) si el positivismo es verdadero, absolutamente nadie tiene libre albedrío.
Indeterminismo
Apoya la iniciativa de que los acontecimientos no suceden siempre, sino son el resultado del azar (comprendido como un sistema de causas no lineales o descoordinadas). De aquí se prosigue que las acciones humanas tienen la posibilidad de ser el resultado de la intención (o sea, libre albedrío).
El liberalismo es la versión mucho más extremista del indeterminismo, lo que supone que el libre albedrío es incompatible con la toma de resoluciones. De la misma el determinismo duro, el libertarismo es una manera de incompatibilismo.
