Debate sobre el estado de bienestar

Le debemos bastante al estado del confort. El éxito de Europa en la segunda posguerra tiene bastante que ver con el Welfare británico, la economía “popular” de Alemania o los “gloriosos años treinta” en Francia. A pesar de que los socialistas siempre y en todo momento encajan en el molde, estamos frente a un fenómeno ideológicamente contrario. Evidentemente hay que rememorar a Lord Beveridge, Hermann Heller y la «questa existencial» (Daseinvorsorge) y las socialdemocracias norteñas, con Suecia como referente tradicional. Pero resulta conveniente rememorar que políticos conservadores como Benjamín Disraeli o nuestro Eduardo Apunte llegaron a la idea de la “seguridad popular”, en una fecha bastante previo. En medio de una euforia de confort, si bien ahora fué cuestionada por la crisis del petróleo de 1973, nuestra Constitución afirma ceremoniosamente en su producto 1.1 que «España se forma en un Estado popular y democrático de Derecho», y por este motivo copia substancialmente la Ley Básica Ley de Bonn. . Abogados, sociólogos, politólogos y economistas han dedicado muchas páginas a las causas y secuelas de este término cuya base teorética Manuel García-Pelayo explicó mejor que absolutamente nadie. Todo aproximadamente en orden, hasta el momento en que llega la crisis de hoy…

El Estado del Confort

Por poner un ejemplo, transcribimos de qué manera se habla en A favor y en contra. Manual de enfrentamiento sobre el tema del Estado del Confort (págs. 41-42):

La esencia del Estado de Confort es proveer recursos y servicios a todas y cada una la gente de un país, con independencia de su aptitud de pago. Se apoya en la creencia de que todos meritan exactamente el mismo nivel de determinados servicios públicos fundamentales, con independencia de cuánto dinero ganen. Las desventajas tienen la posibilidad de ser tanto ideológicas (la recompensa es injusta) como prácticas (da pésimos desenlaces). En este enfrentamiento se han definido cuestiones esenciales… Debería haber un convenio general sobre la creciente y un poco imprecisa gama de cosas que cubre el Estado del Confort, desde la escolaridad hasta las posibilidades por desempleo.

En favor

  1. La sociedad debe proveer educación gratis (incluyendo la facultad), cobertura de salud, posibilidades por desempleo y patología, y pensiones de jubilación para todos. Son derechos escenciales de una sociedad humana (ahora ocasiones diríase que la base de una sociedad civil es el precaución con el que protege a sus retirados).
  2. Los servicios sociales de titularidad o administración estatal forman parte a la nación y por consiguiente han de estar disponible para todos. Son una expresión tangible de la compromiso de la sociedad hacia sus integrantes. Todos abonan impuestos, con lo que todos deberían recibir provecho sociales gratis.
  3. Por causas de igualdad, no debería haber educación privada, ni sanidad ni pensiones privadas. El Estado debe tener el monopolio de las posibilidades sociales para asegurar servicios realmente eficaces -a través de economías de escala y centralización- que asimismo aseguren la igualdad. Los más destacados elementos tienen la posibilidad de repartirse a través del sistema público en vez de reservarse para una minoría que puede abonar academias privadas y atención médica.
  4. Las sociedades que son menos igualitarias se desempeñan mejor de forma consistente en una extensa selección de factores de aptitud. La reducción del agobio y el incremento de la cohesión popular conducen a desenlaces increíblemente positivos para la gente, que tienen dentro una mayor promesa de vida, una reducción del delito y escenarios récord de felicidad.

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