Desde afuera, Cuba no se observa ya hace mucho más de sesenta años. Está tapado por una densa masa ideológica entre ellos que solo los que desean entender tienen la posibilidad de ir duro. Para muchos fue una marcha socialista, mucho más que barbarie capitalista. Para otros fue como una rama del infierno en la área del mar Caribe. Antes que las calles de sobra de veinta ciudades cubanas se llenaran el domingo 11 de julio con un descontento que empujaba a salir de las viviendas, ahora se habían hecho votaciones del alzamiento. En especial los de la izquierda. Los intelectuales, siguiendo la tradición de Sartre y Wright Mills, comunican su bendición desmandada a un régimen que genera a increíble nivel lo que esos intelectuales criticaban en sus países: la hipócrita y achicada mala fe, el poder venal y elitista militarizado, solo obsesiones por refererir. los 2 escritores nombrados.
Bastan unos momentos de reflexión para cuestionar el grito de alarma: ¿es razonable llamar contrarrevolucionarios a quienes se oponen a la nomenclatura fósil que dejó como sedimento una revolución derrotada hace medio siglo? ¿Todavía es una revolución? ¿Cuánto tiempo debe pasar antes que un nuevo alzamiento transformador logre reclamar el título de revolución? La composición de los participantes de la manifestación era muy diversa, pero la avalancha se encontraba llena de sans-culottes: ¿serían estos los contrarrevolucionarios?
Peor antídoto que la patología
Aparte de esenciales recortes en las pensiones de los retirados y recortes en la administración pública, otra de las «reformas» demandadas era la privatización de infraestructuras clave en el país. . El puerto ateniense de El Pireo fue vendido al conjunto naviero chino Cosco en lugar de una promesa de inversión que hasta la actualidad no se ha cumplido, lo que encolerizó a los trabajadores locales. Esta adquisición por la parte de un conjunto chino asimismo hace una despiadado ironía para la Unión Europea, que ha proclamado reiteradamente su intención de ponerse en contra a China.
El Pireo no es el único puerto que fué privatizado. Lo mismo sucede con el segundo puerto heleno, Tesalónica, y otros puertos regionales, como los de Alexandroupolis y también Igoumenitsa, semejan premeditados a continuar exactamente el mismo sendero. A la lista de privatizaciones hay que añadir los de 14 aeropuertos regionales en beneficio del consorcio alemán Fraport-Slentel, y los que proseguirán este año la autopista Egnatia (la mucho más extendida del país, que conecta el oeste de Grecia con Turquía). . infraestructuras de la compañía gasista DEPA. Unicamente se ha contraindicado hasta la actualidad la privatización de los sitios arqueológicos y museos helenos, que tocarían las raíces de la identidad griega.