Historiador: subjetividad y objetividad

¿A qué llamamos objetividad? Esta pregunta procede del hecho de que desde el cambio lingüístico, desde la llegada del posmodernismo como cultura de masas, asimismo desde el giro de las ciencias duras en el s. XX, que exhibe que la objetividad o la verdad es una construcción del sujeto que inspecciona, se acostumbra asegurar que la objetividad no existe, que hay críticas, que el sujeto crea la verdad según su conciencia o inconsciencia. intereses, que toda imparcialidad de la verdad incentiva una narrativa manipulada, etcétera. No obstante, no lleva por nombre objetividad a algo de afuera al alegato o fuera del sujeto, que existiría por sí solo. Entendemos que se toma la objetividad. Pero asimismo entendemos que no es ilusorio. Asimismo entendemos que la objetividad construida no desaparece solo con un cambio de actitud o una amarga opinión. Entonces, siendo de este modo, le ofrecemos objetividad y construcción de la verdad que no podríamos meditar como algo que se edifica y se deconstruye, ni como un inconveniente inatístico, ni interviniente, ni abierto. En otras expresiones, la objetividad está fuera de nuestra voz. La objetividad es lo que se toma con un sujeto, o explicado de otra forma, con una situación subjetiva que no es la nuestra, y que se transforma en nuestra condición (involuntaria, inconsulta, impuesta): condición objetiva.

Situación, objetividad, construida, evidentemente, semióticamente (o sea, lingüísticamente y asimismo con otros signos no verbales), que tiene un plan que no exhibe nuestro poder sino nos recorta o divide de él. Pero ojo, es una situación construida sin estratega. La verdad, la objetividad, un plan sin estratega, una voz sin dueño, una voz que no refleja los propios intereses, sino expresa una situación subjetiva impersonal, no antropomórfica, es todo cuanto se nos muestra como obstáculo a nuestro despliegue. poder, como un obstáculo para el pensamiento. Entonces, claro, dada la realidad, sus cortes trabajan tácticas aproximadamente voluntarias, siguiendo a sus estrategas. Estos estrategas, que dada la objetividad, tienen poder (gobernante, multimedia, integrante del FMI, director ejecutivo de FIAT, estrella de la televisión, etcétera.), y semejan poder manejar con ellos la construcción de la verdad a su antojo. para formar parte. ; asimismo se someten a la objetividad, a la estrategia de la verdad.

Mi conclusión es: imparcialidad

Cristina Gómez Cuesta

Pienso que es buena iniciativa finalizar este producto con las acertadas votaciones que hace la historiadora de españa Cristina Gómez Cuesta sobre esto:

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